Agustín Canapino tuvo un debut soñado en la categoría IndyCar de Estados Unidos al ver la bandera de cuadros en el difícil callejero de San Peterburgo.

Con el Dallara-Chevrolet del Juncos Hollinger Racing, Canapino largó 21° y terminó 12°, logrando así su anhelo de llegar al final de la carrera, algo que imaginaba difícil debido a la exigencia física, su falta de experiencia en este tipo de autos y su desconocimiento del trazado.

La competencia tuvo varios incidentes. El primero de ellos tras la largada en la que dejó a varios competidores a fuera. Esta serie de eventualidades, que causaron banderas amarillas que duraron varios giros, le permitieron a Canapino tener cierto respiro que aprovechó al máximo para llegar al final.

El andar de Canapino a lo largo de las 100 vueltas fue muy prolijo y sin errores. Eso le permitió rodar durante la primera parte de la prueba delante de su compañero inglés Callum Illot y llegar a estar noveno antes de su segunda parada en boxes.

Solo una molesta vibración a 12 vueltas del final atentó con las aspiraciones de Canapino, quien despejó cualquier duda sobre su ritmo al marcar su mejor vuelta en carrera en el 96° giro con 1m02s289.

Fue un gran domingo para el equipo regenteado por Ricardo Juncos ya que Illot ajustó finalizar quinto después de partir desde el 22° lugar.

La carrera la ganó el sueño Marcus Ericsson (Chip Ganassi Racing). El trío de punta lo completaron el mexicano Pato O’Ward (McLaren Arrow) y el neocelandés Scott Dixon (Chip Ganassi Racing).

El próximo compromiso del arrecifeño será el 2 de abril en el óvalo de Texas

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