En el último tiempo, se ha naturalizado el hecho de que los ciudadanos viven constantemente hiper conectados, es decir que mientras realizan sus actividades cotidianas, también se encuentran conectados, ya sea escuchando música, hablando por teléfono o viendo alguna radio en YouTube. De este modo, las personas se sienten acompañadas mientras cumplen con sus obligaciones, pero en ocasiones, este hábito puede mutar hacia una adicción que podría interferir en gran medida en la cotidianidad de la población.

Un ejemplo de la forma en que los celulares se volvieron una extensión de los usuarios, se puede observar en los transportes públicos, donde la mayoría de los pasajeros van inmersos en sus teléfonos, sin prestar atención a lo que ocurre a su alrededor. De igual forma, ocurre en la calle, con los chicos que van caminando o corriendo con auriculares, concentrados únicamente en la actvidas y la música que vayan escuchsndo. Hasta este punto, sólo se puede observar cómo se ha modificado la forma de vivir por la incidencia de la tecnología. Pero, en los párrafos posteriores se hablara sobre él lado negativo de este suceso.

En los últimos años se han realizado muchos estudios que demuestran que la consecuencia de vivir todo el tiempo conectado a un celular u ordenado, es el aumento de la ansiedad de los usuarios que sin darse cuenta, comenzaron a desayunar, estudiar, trabajar e incluso ir al baño con sus teléfonos para no aburrirse mientras realizan alguna actividad. Por lo que, esas situaciones generan que como resultado, la construcción de una sociedad más desconectada de la realidad, pero simultáneamente hiper conectada a las redes y todo lo que ellas ofrecen.

Por todo lo explicado hasta aquí, es de fundamental importancia que se tomen el tiempo de realizar sus labores, dejando de lado las redes, al menos por unas horas, ya que eso implicaría estar viviendo de un modo más consciente, entendiendo la importancia de poder disfrutar más de aquello que los conecta con el disfrute desde la realidad, como puede ser: pasar un rato en una plaza, ir a caminar, juntarse con un amigo o almorzar con la familia. Los mismos son momentos únicos e irrepetibles que merecen toda la atención.

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