El arte de estar bien con uno mismo

En la actualidad, se ha instalado una creencia errónea y perjudicial respecto a la manera en que debemos vivir para alcanzar el éxito. Esta idea, ampliamente difundida, sostiene que cuantas más actividades realicemos por día, más cerca estaremos de lograr nuestros objetivos. Sin embargo, dicha concepción resulta profundamente auto-destructiva, ya que promueve un estado constante de estrés y ansiedad. Muchas personas llegan incluso a sentir culpa por tomarse un momento de descanso, interpretándolo como una pérdida de tiempo. Esta percepción está lejos de ser saludable. Hablar de una vida sana no implica únicamente referirse a la alimentación o al ejercicio físico; también supone aprender a disminuir el ritmo y a vivir en base a nuestro propio tiempo.

Realizar alguna actividad física —ya sea una caminata, una clase de baile o cualquier otra forma de movimiento— representa una de las estrategias más efectivas para reducir el estrés. No solo se activa el cuerpo, sino que el movimiento favorece la liberación de serotonina y dopamina, neurotransmisores clave para mejorar el estado de ánimo y disminuir la ansiedad.

No obstante, no todo se reduce a la actividad física. También es fundamental detenerse, aunque sea por media hora al día, para descansar, respirar y reconectar con nuestras necesidades más auténticas. Aunque pueda parecer un gesto menor, tanto el cuerpo como la mente lo agradecerán. A veces, el mayor acto de cuidado hacia nuestra salud consiste, simplemente, en hacer una pausa.

Otra de las claves para alcanzar un bienestar integral radica en prestar atención a nuestros pensamientos. Ellos tienen la capacidad de guiarnos hacia una vida más serena o de mantenernos atrapados en un estado de tensión permanente. En ese sentido, cultivar una actitud positiva ante las dificultades nos permite enfocarnos en las soluciones, en lugar de quedar estancados en los problemas. Cuando dejamos de preocuparnos para comenzar a ocuparnos, el beneficio es plenamente nuestro.

Evelyn Penzzi